jueves, 4 de septiembre de 2025

Casi te creí.

Las promesas, los cuidados y esos sueños que creamos juntos.

Casi te creí, entre sombras, malestares y respiración agitada.


Casi.
Casi fue mi sombra objeto de la tuya,
Mi cuerpo de tus dedos, y esa incesante necesidad de estar, casi fue deseo de perdurar mil años.

Lo di todo, lo doy todo, un aunque pasen los años, sigo viendo la ausencia de reciprocidad.

Dueles, dueles... pero intoxicas.
Y cuál humo sobre tu pelo, soy aún rehén de tus miradas, de tus ausencias, tus omisiones y sobretodo... Tu indiferencia.

¿Es demasiado pedir un poco de esfuerzo si el que todo lo dió soy yo?.

... Desvanecen afectos, cuando más que un apoyo, encuentras codependencia.

martes, 26 de agosto de 2025

V T

Quítate de mi cabeza,
huye, y escóndete, 
como solo tu cuerpo sabe hacerlo.

Caen de entre tus dedos, vaho y sombra,
odio y luego indiferencia, disfrazados de hollín, alquitrán y ceniza, que diluye de entre tus dedos,
mi voz
mi respiración 
y ese altanero discurso de odio hacia mi existencia.

Mientras tanto el tambor sigue latiendo,
la sangre se estanca en recuerdos...
Y me pierdo, buscando encontrarte.

¿Debo mirar hacia el mar buscando tu guía?

¿Serán los bosques, cómplices de este camino de un solo viaje?

¿Será del bronce, el cáñamo o tal vez el hierro el suspiro apagado del viento?

Vendrán amaneceres.

jueves, 3 de julio de 2025

Sonante/Disonante.

Circular por la vida, con la capacidad verbal del hacerse entender, es una habilidad que sinceramente admiro.

¿Son del viento nuestras palabras, cuando solo hablas por encajar?

Naces, aprendes un código, lo desarrollas dentro de tus correlacionarios, aprendes de ellos, aprenden de tí. Es en ese vaivén de palabras, contextos y situaciones físicas, que se intercambian información, afectos y herencia.

Suena simple, ¿Porqué cuesta tanto a veces?...
Don't overthink.

miércoles, 2 de julio de 2025

Aún estás acá.


Ya tres años han pasado desde que por última vez, pude tocar tu rostro, un primero de julio torrentoso como nunca había visto, y acá, a tres años de tu partida, sigo sin poder cerrar ese ciclo de verte partir, en una caja de madera, al que sería finalmente tu último refugio.

Quisiera contarte todos los pormenores, decirte que nuevamente perseverará tu apellido, y discutir contigo del nombre que quiero legar al viento...
Abrazarte y conversar en esa eterna sobremesa en la que todos éramos partícipe.

Quisiera verte nuevamente leerle cuentos a tus bisnietos. Recibir esos pequeños libros infantiles, que acompañados a una historia que parecía novedosa, escuchábamos atentos, como que de ella dependiese nuestra cordura.

Verte orgulloso nuevamente de tu bisnieto mayor, que crece por el mundo, de una forma similar a la tuya.

Verte reir y sonreír, al ver los pasos encleques de quién a la fecha, ha sido tu única bisnieta.

Quisiera hablarte, y escuchar tus consejos, tan racionales y analíticos, obtenidos a cal y canto de tus experiencias de vida, de lucha y nado contracorriente.

Esos consejos sanadores, que traían calma a una mente inquieta, errática e itinerante.

Quisiera decirte que todo está bien, que seguimos siendo pocos, pero unidos como fuimos antes de que dejaras éste plano.

Pero mentiría si te aseguráse que el verde no separó los afectos.
Mentiría si dijera que ésto no es crónica de una muerte anunciada, y sobretodo mentiría si te dijera que estoy contento con ésto.
Pero creo tener la misma claridad que todos aquellos que llevamos tu apellido, al decir que siempre supimos que eras la amalgama que cohesionaba y condicionaba nuestros afectos y vidas.

No tengo miedo de dejar este mundo, pero le tengo terror a cesar de éste, sin haber cambiado algo al respecto.


Dónde fuese que habite tu memoria, recuerda que te recuerdo.
Te quiero.
Te extraño.