martes, 29 de septiembre de 2015

Un rey y un diez.

Temprano el mismo organillo en la entrada del callejón, hizo volar la canción que en invierno nos despertó, y al escucharla di vuelta la página treinta y dos, del libro donde pusiste los pétalos de una flor. 


Y cuando los ví, algo brillo , algo de ti, que había olvidado Y cuando los ví, algo brillo, algo de ti, que había olvidado...


De noche el viento que sopla escondido en el corredor, hizo volar unos naipes que había en el velador, y al ordenarlos de nuevo y dejarlos junto al reloj, aparecieron los signos que el tiempo ha guardado.

Y ví un corazón un rey y un diez, y me acorde de esta historia de amor, y ví un corazón un rey y un diez, y me acorde de esta historia de amor.





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