«Sed fugit interea, fugit irreparabile tempus, singula dum capti circumvectamur amore»
...
«Pero entretanto huye, huye irreparable el tiempo, mientras demoramos cautivos por el amor hacia los detalles»
martes, 29 de septiembre de 2015
Un rey y un diez.
Temprano el mismo organillo en la entrada del callejón, hizo volar la canción que en invierno nos despertó, y al escucharla di vuelta la página treinta y dos, del libro donde pusiste los pétalos de una flor.
Y cuando los ví, algo brillo , algo de ti, que había olvidado Y cuando los ví, algo brillo, algo de ti, que había olvidado...
De noche el viento que sopla escondido en el corredor, hizo volar unos naipes que había en el velador, y al ordenarlos de nuevo y dejarlos junto al reloj, aparecieron los signos que el tiempo ha guardado.
Y ví un corazón un rey y un diez, y me acorde de esta historia de amor, y ví un corazón un rey y un diez, y me acorde de esta historia de amor.
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