jueves, 17 de noviembre de 2016

Una canción y una emoción.

Una canción:


Incéndiame y libérame. Lejos de tu mezquino mundo de ataduras.
A través de interminables noche y día nunca he querido más
Siempre pensé que me mantendría por el anónimo nombre de la justicia.
Como ley dentro de mi, como un niño de Dios nuevamente.

Y si la lluvia trae vientos de cambio, deja que llueva en nosotros por siempre.

No tengo duda de lo que he visto, que nunca he querido más.
Con esta línea marco el pasado como símbolo de inicio.
No tengo duda de lo que he visto, que nunca he querido más.

En esta escena se yergue un hombre, lejano, solo y distante.

Como un solitario campo, en una tierra extranjera sin nombre.
Todo alrededor de esos puntos de luz empiezan débilmente y dejan de transmitir.
Sombras caen en juegos fútiles, y ahí no hay nada más.

Entre los gritos de hierro cayendo. Por la luz de las bengalas y la sabiduría.
Todas las dudas que no pude enfrentar. Todo este tiempo he querido más.
Con una linea marcaré mi pasado, como símbolo de inicio.
A los dioses cuyos nombres hemos perdido y los nombres que dieron en vano.

Amputar la línea pasada por la culpa, a aquellos que nos trajeron nada.

Hablando de futuros valientes y orgullosos y han traído solo odio y guerra.
Alineados los caminos con alabanzas vacías. Marcada la tierra con estatuas de papel.
Sombras caen en sus caminos fútiles, y ahí no hay nada más

VNV Nation - Solitary.


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Una emoción: La de hablar, los cuatro, y oírte decir nada, todo, poco, mucho... y a la vez sentir que el silencio -más bien la omisión- otorgan todo.

... Son solo anhelos de un corazón incierto.

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