martes, 26 de agosto de 2025

V T

Quítate de mi cabeza,
huye, y escóndete, 
como solo tu cuerpo sabe hacerlo.

Caen de entre tus dedos, vaho y sombra,
odio y luego indiferencia, disfrazados de hollín, alquitrán y ceniza, que diluye de entre tus dedos,
mi voz
mi respiración 
y ese altanero discurso de odio hacia mi existencia.

Mientras tanto el tambor sigue latiendo,
la sangre se estanca en recuerdos...
Y me pierdo, buscando encontrarte.

¿Debo mirar hacia el mar buscando tu guía?

¿Serán los bosques, cómplices de este camino de un solo viaje?

¿Será del bronce, el cáñamo o tal vez el hierro el suspiro apagado del viento?

Vendrán amaneceres.