Quisiera tenerte cerca, aconsejándome y guiando mis actos, mis pasos y mis ideas.
Pero el tiempo sigue, las caras pasan, la gente viene y se va, a veces en cuerpo, otras veces en alma.
Y acá sigo, con la incertidumbre de que traerá el mañana, con el miedo de estar haciendo las cosas bien, con mil proyectos, pero ninguno concluido.
Me falta tu presencia.