Verás, a tus casi 93 años un mar de situaciones nuevas, incertidumbre, a veces harto ruido, y sabores y experiencias nuevas.
Pero también verás a tu primer nieto dejar de ser el pequeño con el que todos se aventuraban a un sin fin de situaciones nuevas.
Viviré nuevamente bajo el mismo techo contigo, esta vez tú en mi territorio, sin el gran hombre que fue mi abuelo, y sin el inmenso espacio que teníamos en aquellos lejanos años de inicios de los años noventa.
Procuraré hacer de tu estadía lo más cómodo y ameno que tus longevos músculos puedan vivir. Y que ya al final de este plano, vivas éste tiempo con alegría, muchísimo cariño, y amor de mi parte, y de la maravillosa familia que estamos creando ya hace doce años con Jacqueline, quienes a su vez, y con una historia distinta, tienen esos mismos valores que ustedes nos inculcaron con tanta vehemencia.
Será todo distinto, pero tengo un optimismo tremendo al respecto, y aunque tú cabeza ya no funciona igual por tu demencia senil, tu cuerpo no es igual de ágil por el paso de los años, y no sea éste tu entorno ya conocido, debes saber que estamos creando recuerdos, y devolviendo la mano a la matriarca de la familia que me crió, cuidó y amó desde mi primer día en ésta tierra.
Si, tengo un poco de miedo, pero creo firmemente que nos la podemos.
Te quiero mucho María Victoria, abuelita amada.
Nos vemos el sábado.