Cuesta asumirse parte de un proceso,
cuando en el proceso, las obligaciones morales, las obligaciones paternales, superan a tu propia necesidad de ausencia.
Es difícil, omitir lugares, afectos, personajes y reemplazarlos con la indiferencia que yo ya debería estar acostumbrado.
¿Cómo me reinvento sin querer revertirlo todo?
Y me digo,
sanarás rápido,
pero rápido no es suficiente.
Esa exacta cercanía que yo busco, es la indiferencia que aún te sirve de fortaleza.
Recuerda, que aunque pasen mil años, las fortalezas sucumben al tiempo,
y yo no soy inmortal, ni estoy hecho de piedra.
Pero la necesidad de autoconservación ahora puede más. Tu deberías saberlo mejor que nadie.
No voy a dar el primer paso,
no de nuevo.
Destruirlo sola para construir juntos.
Un día a la vez.
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