martes, 10 de junio de 2014

Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum

Acá sigo
De pie. Aún levantado...
Dividido entre lo que quiero, lo que soy y lo que debo ser.

Obnubilado por esa confusión digna de los adolescentes,
clamando por tu calor.
Esperando alguna respuesta que me permita -ver- entre tus gemidos algún atisbo de orilla para este naufragio de corazones.

Ennegrecido por el viento, y esperando solo que de tus labios emane el agua tan vital como tu cuerpo y que bebería sin dudarlo de ti una y mil veces más.

Pienso. Imagino nuestros caminos cruzados de alguna otra forma, imagino nuestras bocas bajo otro contexto, con otros personajes, entre otras sonrisas que crean caricias... caricias que crean y destruyen.

Destruyen amistades, y ahogan entre calor esa vergüenza que esconden nuestros cuerpos cuando nos amamos, pero ¿cuanto durará esta agonía?, ¿de quién será tu cuerpo si no he de clamar propiedad?

Y aún así... confundido, un poco herido y medio neurótico disfruto tanto tu compañía como si de hacerlo dependiera la vida.

Debería saberlo a estas alturas... Si quieres paz, prepárate para la guerra.


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Y Como dice la canción...
"Your sins into me, Oh my beautiful One"


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