sábado, 23 de junio de 2012

Su fantasma en la niebla


Letra sobre letra, ella escribe su angustia.
Solos.
Pasan las horas y entre el calor buscamos juntos un resoplido que nos haga sentir nuevamente vivos, pasan las horas y solos aún, esperamos por aquel que no volverá.

Entre el humo se dibuja una silueta, el me hubiera odiado – pienso-.
El humo desvanece, y aquel sombrío lugar es el único que aún siente la pasión de ese interminable jadeo que tanto placer nos provocó.

¿Creímos algún día que sería eterno?
Hoy mío, pero mañana de otro han de ser tus labios. Esta unión es el mejor momento que jamás tendremos.
Lo mejor y más fugaz que ha de sentir esta ausencia de corazones. Está claro que tú no lo tienes, sino no habrías de matarme así. Suavemente.

El humo. Nuestro amor.
Humo...
Toxico, nicotinoso y cancerigeno,
Este fugaz y doloroso encuentro será nuestra última unión.
Me duele. Hierve la sangre, pero a ti te da gusto verme convertir en polvo.

Y se quema…
Se quema mi cuerpo entre tus dedos.
Mi carne entre tus labios
Se queman tus sueños, y yo, papel de mil y una noches, tengo tus penas quemando mi carne que angustiosamente, duele más de lo que te duele a ti…

Soy  un objeto.

Disfrútame.
Disfrútame hoy, que mañana serás de otro.
Y así, como trémula ceniza que ahora soy he de permanecer a la espera de alguna brisa que me haga ser nuevamente libre.
Disfrútame hoy, que mañana disfrutarás a otros.
Otros que estarán en esa misma boca, entre tus labios que alguna vez fueron míos, invocando fugazmente el calor de tu respiración.

Olvídame y deséchame, que soy solo un objeto.
Un Objeto que aprendió a reinventarse entre los labios que algún día amó.
Alguna vez te amé...
Ahora solo amo donde me lleve el viento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario