viernes, 19 de agosto de 2011

Calma

Calma, paz, tranquilidad y quietud.

A eso he llegado últimamente, más la realidad siempre sobrepasa a la fantasía -yo aún vivo en la fantasía.

Me siento cómodo ahí.
Me siento a gusto, viviendo entre praderas verdes y amplias. Llenas de sol y viento pasando alrededor de mi cuerpo. Allí retozo, duermo, y básicamente el ego no se verbaliza.
Daniel en ese lugar reconoce pero no conoce. Aquel nirvana al que puedo llegar acompañado es mi templo de salvación, mi lugar especial.

Tiempo...
El tiempo que paso allí es invaluable, se que pierdo muchas cosas por pasarme ahí, pateo responsabilidades, hojas por ser leídas, me miran y gritan, pero yo me hago el loco. Impoluto ante aquellas cosas que debo hacer, sigo en mi propio lugar, en donde abundan esas sensibilidades que como hombre debo evitar.
Animales tiernos, praderas, árboles, aire libre y cada momento con su propio sonido ambiente.
Aromas, temperaturas, situaciones y personas pasan por ahí. A ellos los acojo y cuido, secuestro aromas y no pido rescate.

Siento una especial afección hacia ese lugar, lleno de conejos con reloj que no pretendo alcanzar, porque huyo de ellos. A veces huyo sobre ruedas, creyendo que ellos no me alcanzarán, aunque se que por rápido que vaya debo en algún momento detenerme y hacer lo que tengo.

En...
En aquel lugar en este momento hay algunas personas. Gente que enseña y educa, personas que más allá de lo que que hagan, por tiempo estarán aquí conmigo. Amigos que escuchan, y son escuchados, personas con las que compartir momentos, conversaciones, proyectos de vida, obras y sentimientos.
Aquí también están mis amores, mujeres que algo tuvieron en mi vida, afectos, cariños, momentos y emociones. Sabores y sinsabores que componen la banda sonora de ese fugaz sonetillo que escribimos durante un tiempo. Esas mujeres que pasaron con gloria por mi vida. Mi primer beso, mi primera vez, mi primer olvido. Ellas, ambas viven y vivirán entre las praderas verdes de esta utopía que he creado con los años.

Sobre...
Sobre valles de verdes montañas, entre azules cielos y blancas nubes se mueve mi mundo.
No hay otro lugar que me haga sentir tan a gusto, y hoy... hoy doy la bienvenida a más gente de la que esperaba en este oasis entre mi mente y sentimientos, seis para ser exacto. Sean bienvenidos al grupo de los que aprecio con el alma, los momentos conversados, vividos, y sentidos con ustedes, de mi mente dificilmente saldrán. Por ello... infinitas gracias.

Pedagogía, psicología, comercios, y sociedad. Sean bienvenidos, la verdad me agradan mucho, es agradable sentirse a gusto entre gente afín. 

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