martes, 1 de diciembre de 2015

Omóplato



Tragicómico todo esto...
de dulce y agraz...
querer, y pensar al mismo tiempo,
¿Me conviene?
Y  confundido por la ausencia de respuesta,
al no llegar a conclusión alguna, finalmente no hago nada
puesto es preferible tenerte así, como ahora...
A no tenerte en lo absoluto.

... Los personajes no dicen nada,
es más bien la situación la que nos otorga incomodidad...
eso y el hecho de que pasan situaciones ajenas a ambos que nos ponen en cierta "tensa calma"

Me pasan cosas,
y tú,
inamovible,
imperturbable
invulnerable,
sigues en calma como océanos de piedra
blanca
como la nieve recién caída,
fría
como la sangre que recorre tus venas.

Me aturdes, y creo que es eso lo que incomóda...
el hecho de decirte mis sentires, y al mismo tiempo
no hacer nada al respecto, pues siento que no quieres salir de tu rutina...
y si lo pienso bien, tampoco quiero salir de la mía,
de alguna forma me acostumbré a verte así...
me gusta imaginar el "¿Y si?"

Luego pienso, ¿y si me equivoco?,
¿y si eres la "horma de este zapato"?
¿y si eres tú quien romperá los paradigmas?
¿y si soy yo quién rompe los tuyos?
¿y si es él "aquel" quien te quita el sueño?
¿y si entre esas telas habita un hogar?

¿Es ese cuerpo a quién veo convertirse en huracán?
¿Si quiebro acaso un corazón no-roto?
¿Sabré acaso cobijar la falta de experiencia?

¿Sabré?
¿Querré?
¿Querrás?

Veo este anhelo convertirse en polvo.
Y mi sombra tras este anhelo intenta en vano acomodar las piezas...
no se puede, luchar contra la corriente,
finalmente lo "verdadero" sale a flote.



Esta vez
... en un barco que naufragó.

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